jueves, 4 de octubre de 2007

Y¿Si es cierto y te pasa a tí.....?

José trabajaba en una empresa estatal desde hacía 25 años. Estaba casado y tenía dos hijos y, a pesar de estar lejos de su tierra natal y por tanto lejos de su familia, era feliz. Tenía buenos amigos, buena salud, en fin, todo lo necesario para llevar una vida tranquila.
Hacía tiempo que circulaban rumores en el trabajo de que la empresa iba a ser absorbida por una multinacional, aunque nadie les había comunicado oficialmente nada.
Esos rumores se fueron haciendo cada vez más frecuentes .Hasta que un cuatro de febrero, José recibió en su casa una cinta de video procedente de su empresa.
En ella, aparecía el nuevo presidente informando de la formación de la nueva empresa, de los posibles “ajustes” que tendrían que llevarse a cabo y confiando en que con la unión, el buen hacer y el trabajo de todos se conseguiría lograr una empresa fuerte y competente. Los empleados estaban más tranquilos. El nuevo presidente parecía “un tipo legal” y sus propósitos y palabras parecían sinceras.
Pero, a partir de aquel día, para José empezaron los problemas. Tanto él, como otros compañeros, deberían aceptar el traslado forzoso a otra ciudad o pedir la liquidación.
José, siempre apoyado por su familia, aceptó el traslado y se limitó a esperar que le informasen de su nuevo destino.
Esto se convirtió en una pesadilla, pues cada vez que le proponían un destino y aceptaba, el jefe de personal( o la empresa) cambiaba de parecer y volvían a ofrecerle otro. Por fin , después de “recorrer”varias provincias, debería presentarse a primeros de septiembre al jefe de personal de una fábrica situada en una provincia del norte.
Se le respetaba la antigüedad, el puesto de trabajo, en fin, todo parecía legal .
Pero, ya en su nuevo destino, pasaban los meses y a José no le asignaban su nuevo puesto. Mientras mandaba cartas al jefe de personal de la oficina central informando de su estado y reclamando el puesto que le habían ofrecido y que había firmado en un contrato, José, en su arrinconada mesa de escritorio, se dedicaba a estudiar por su cuenta programas informáticos. Le gustaba el ordenador y no le costaba nada aprender nuevos programas y aplicaciones.
La respuesta de la central fue mandarle a un “personaje” para que junto al jefe de personal del nuevo destino, le recriminasen-esto sucedería en un despacho sin posibles testigos-sus pocas ganas de trabajar. No podía creer lo que le estaba pasando. Pensó, que lo que buscaban era una mala contestación de su parte para así, acusarle de mal comportamiento y sancionarle. Pero la inteligencia de José abortó sus planes y ese día quedó en un mal recuerdo. Debieron producirse más de “esos”días porque José, murió de un infarto cerebral después de pasar 18 meses reclamando su puesto y sin conseguirlo .Por lo visto sus “compañeros” sabían lo que le estaban haciendo y nadie hizo nada.Incluso hubo un comentario"simpático" por parte de uno de ellos diciendo que sus lentejas estaban en juego...