sábado, 11 de octubre de 2008

Mi Alma gemela

Serían las 18,45 de un jueves. Estaba en la cola de una caja esperando abonar mis compras. Delante de mí, una señora, coge una bolsita de almendras. Por no sacar mis gafas del bolso le pregunto:

-¿son almendras crudas?

-La señora responde que sí, y añade que suele tomar unas 12 por la tarde.

-Ah, pues yo las tomo por la mañana; dan mucha energía y, por la tarde me aceleran demasiado.

La señora, iniciando una conversación, me cuenta que también toma una cucharada de miel por las mañanas.

-Yo, extrañada por la casualidad, le contesto que también la tomo.

-Y, también me dice, que una manzana en ayunas después de los dos vasos de agua.

Yo la miraba perpleja, escrutando su rostro para ver si me conocía de algo y me estaba tomando el pelo, pues estaba reflejando mis hábitos cotidianos matinales...

Llegamos a la caja y ambas pagamos nuestra cuenta saliendo del establecimiento mientras seguíamos hablando de nuestras inquietudes, ánimos, familia...a la puerta del mismo.

La conversación transcurría como si nos conociéramos de toda la vida. Llegó un momento en que la señora se presentó: me llamo Paquita, me dijo. Me gustaría saber tu nombre,por si tenemos la suerte de encontrarnos otra vez. Todas las tardes,voy a misa de 8 a la iglesia que hay en esta plaza. Ojalá que nos veamos otra vez....

Nos dimos un beso y un abrazo y Paquita se dirigió a la iglesia. Yo me fui a casa pues la compra me pesaba demasiado y tenía que vigilar mis cervicales ya que me estaban molestando desde hacía algunos días. Tenía que intentar hacer la compra por las mañanas y, así, no perdería la misa de 7 y cuarto a la que solía ir todas las tardes..........

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