El mar me proporciona salud, serenidad, relajación, optimismo, belleza....saca todo lo bueno y bello que hay en mí. Es llegar a la playa, extender la toalla-por eso de situarte-y al agua. Sólo salgo para ir a comer o cenar. Nado, paseo, hago ejercicios gimnásticos, cojo conchas, huelo y aspiro profundamente ese olor a yodo...mmmmm ......Tengo que aclarar que nací en puerto de mar, desde pequeñita pasé todos los veranos en la playa y, que ahora vivo en una ciudad que no tiene mar y..¡cómo lo echo de menos! sobre todo en verano, porque prefiero un invierno frío y seco que uno húmedo.
Así que, a pesar de nuestra democrática elección, el año que viene elegirá destino mi hijo, eso sí, con la condición de que empecemos todos-sin distinción- a ir llenando una hucha para proporcionar una ayuda al presupuesto familiar ,si no, acabaremos otra vez en cualquier pueblecito de la península que garantice sol y mar.